Hola a tod@s
de nuevo!!
Hoy estoy malita en cama, asique mientras reposo, aprovecho para hacer este post y coger la recta final de las entregas del viaje a Japón (ya quedan poquísimas!!... que morriña que me da).
Hoy estoy malita en cama, asique mientras reposo, aprovecho para hacer este post y coger la recta final de las entregas del viaje a Japón (ya quedan poquísimas!!... que morriña que me da).
Después del
Museo Ghibli (retomando donde me quedé en la anterior entrada), fuimos hacia
Shinjuku a comer y a la tienda de Esquare Enix: Otro lugar de visita obligado
para los que alguna vez han disfrutado de algunos de sus juegos (como el Dragon
Quest, Final Fantasy, Kindom Heart,…)
*Aquí tenéis una de las calles de Shinjuku con sus tiendas de miles de cosas ^^
* Esta es la entrada a la tienda:
La tienda
nos decepcionó un poco en cuanto a que nos imaginábamos que iba a ser más
grande, pero la verdad es que a pesar de ser pequeña, había una gran cantidad
de cosas kawaii que comprar. (Aquí es donde tiene que entrar de nuevo el
cerebro con eso de: no puedes comprarte todo lo que estás viendo… que luego no
entra en la maleta!!!)
A mí en
concreto me decepcionó (aunque a la vez fue un alivio para mi bolsillo) que no había
apenas nada de Kindom Heart ya que estaban de celebración de aniversario del
Dragon Quest por lo que mucho merchandising era de éste y del resto había
menos.
Alguna que
otra cosa calló: unos peluches de Chocobo para unos regalos y otro para
nosotros.
En la tienda
llama la atención una escultura a tamaño real de uno de los personajes del
Final.
Tras
dejarnos parte de la cartera en la tienda, nos fuimos hacia Shibuya.
Allí
estuvimos en la famosa estación de tren y plaza del Hachi-ko (ahora hay una
película preciosa sobre esta historia… eso sí, yo sólo con el tráiler ya lloré
a moco tendido… asique no sé si la veré. Algún día os contaré la historia, pero
a modo resumido: Hachiko era un perro que tenía una unión muy especial con su
dueño, y cada día iba a esperarle a la salida de su trabajo para volver con él
a casa. Un día su dueño murió y él estaba esperándolo pero nunca llegó. Hachiko
siguió esperando allí quieto por días, esperando por su dueño. Era alimentado
por personas que lo veían y conocían ya que nadie podía hacer que se fuera del
lugar y dejara de esperar a su dueño, hasta que un día también él falleció. Es
una historia muy triste pero preciosa, sobre la lealtad y el cariño que le
tenía este perro a su amo).
Nos hicimos
algunas fotos con el monumento del Hachi-ko.
* Con el semáforo en rojo:
* Con el semáforo en verde:
Es impresionante la cantidad de gente que cruza... ^^
Por hoy nada más. Voy a seguir con mi reposo, tomándome un tazoncito de leche calentita y a acurrucarme en la cama.
En el siguiente post os contaré nuestra experiencia en una jornada de
campeonato de Sumo!!
Espero que os haya gustado.
Gracias por leer.
Hasta la próxima!
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